REFLEXIONES sobre el porqué los mapas en entrada anterior

Antes de continuar cargando fotografías se me ocurre la siguiente reflexión, para que este blog no sea una simple muestra fotográfica
Que me perdonen mis profesores de geografía, los ideas que expreso y que son materia opinable. Pero lamentablemente, al menos cuando cursé la secundario, la geografía se enseñaba en forma muy árida, y si cambió me imagino que como muchas cosas de la enseñanza actual para peor. Por ej. se enseñaba geografía de Europa u otro continente o país, en un mapa mudo, haciéndonos indicar los mares circundantes, ríos, estudiar los nombres de cadenas montañosas, los Apeninos, los Pirineos, los Andes…que altura tenían el Mont Blanc, el Aconcagua, el Aconquija…con 14 ó 15 años, era algo totalmente abstracto … Estudiar esa materia podría haber sido algo más dinámico e interesante, si se hubiera complementado lo formal, lo que pedían los programas, con folletos, catálogos de viajes, mapas de rutas, no digamos fotografías, porque en esa época, no era fácil de conseguir por ser patrimonio de quienes tenían la suerte de viajar. Hoy con internet, utilizada en forma inteligente sería más sencillo.
Otra manera quizás de convertir la geografía en algo “vivo” hubiera sido relacionar geografía e historia, y porqué no literatura. Y pongo por ejemplo, en La Odisea, de Homero, cuando Ulises se encuentra y enfrenta a Polifemo, uno de los cíclopes es en Sicilia, lo mismo ocurre con las sirenas que con su canto distraían a los marinos, derivándolos de las rutas originales. Sin embargo no se hacía el correlato del nombre de la isla en los tiempos de Homero y el actual…
Y no hablemos de lo nuestro…

Termino estas reflexiones con parte del discurso “Esencia y misión del maestro” de J. Cortázar, en un acto de graduación de alumnos de una Escuela Normal.

Con respecto al Maestro dice en un párrafo:
“…Fracasa tornándose rutinario, abandonándose a lo cotidiano, enseñando lo que los programas exigen y nada más, rindiendo rigurosa cuenta de la conducta y la disciplina de sus alumnos. Fracasa convirtiéndose en lo que se puede denominar “un maestro correcto”. Un mecanismo de relojería, limpio y brillante, pero sometido a la servil condición de toda máquina.
Algún maestro así habremos encontrado nosotros. Pero ojalá quienes lean esta líneas hayan encontrado también, alguna vez, un verdadero maestro. Un maestro que sentía su misión, que la vivía. Un maestro como deberían ser todos los Maestros de la Argentina.” (fuente: Papeles Inesperados, Julio Cortázar, Alfaguara 2009.)



Tuve suerte, algunos encontré...