

Un ave. Una escultura dañada. El intento de un ave de recomponer lo que el hombre destruye.
Hace unos días caminado por uno de los senderos de la plaza me detengo a observar las esculturas que, por actos de vandalismo han sido descabezadas. Sorpresivamente un avecilla se posa sobre el nacimiento del cuello de una de esas esculturas sin cabeza. Permanece un largo rato. Tuve la sensación de que se hubiera producido una simbiosis y aquello que el hombre destruyó un frágil ave, lo hubiera querido recomponer con su presencia. Afortunadamente tenía una cámara fotográfica y pude registrar este mágico momento…..